¿Y si no funciona?
Luego de aprender cómo crear un blog y darse cuenta de que la parte técnica en realidad no es tan difícil, muchos no llegan a ejecutar porque se paralizan pensando: ¿y si mi idea no resulta?
Te hablaré desde mi propia experiencia, la de una chica común y corriente que en enero de 2017 logró quintuplicar su antiguo salario luego de un año de mucho trabajo, ensayo y error, aprendizaje y retos, pero también de ENORMES satisfacciones.
Mi experiencia es la de alguien que al inicio no tenía la certeza de qué rumbo y enfoque tomaría su web, pero decidió que era mejor averiguarlo en el camino y lanzarse.
Así como tú, yo tampoco sabía si mi idea iba a funcionar y creo que nadie (no importa cuán experto sea) lo sabe; eso toca averiguarlo en el camino.
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¿Quieres ver tu idea desarrollada por otro?
Lo dudo mucho.
Sin embargo, esto es algo que he visto que sucede una y otra vez, porque a pesar de que a este curso entran tantas ideas geniales, la gran mayoría de sus autores las pone a dormir y nunca les dan la oportunidad de ver la luz.
Jamás se sienten lo suficientemente listos porque se pasan la vida leyendo y analizando, pero no se atreven a ejecutar y es justamente allí donde se separan el ganador y el perdedor. No se atreven a hacerlo aun cuando no tienen absolutamente nada que perder o arriesgar y sí mucho que ganar.
Para los que sufren del “síndrome del soñador” (aquel que sueña y analiza, pero no ejecuta) nunca llega el momento perfecto y ¿sabes por qué? Pues simplemente porque: ¡El momento perfecto NO EXISTE, tú lo creas!
- ¿Quieres saber si va a funcionar? Nunca lo sabrás si no lo intentas.
- ¿Quieres saber si a la gente le va a gustar? Nunca lo sabrás si no lo intentas.
- ¿Quieres saber qué debes mejorar? Nunca lo sabrás si no lo intentas.
- ¿Quieres saber hasta dónde eres capaz de llegar? Nunca lo sabrás si no lo intentas.
Como ya lo mencioné, lo que te propongo se trata de darte la oportunidad de emprender sin riesgo, de lanzarte a un mundo lleno de posibilidades y crear el trabajo de nuestros sueños… ¡Sin sacrificar nada! No tienes que renunciar a tu trabajo tradicional desde un inicio (yo lo hice un año después de iniciar mi primer blog) ni invertir altas sumas de dinero como en la gran mayoría de los emprendimientos.
Tampoco se requiere estar cara a cara frente a una audiencia; es más, ni siquiera tenemos que contarle a nuestra familia y amigos sobre lo que estamos haciendo si no lo deseamos; nadie tiene por qué saber que vamos a emprender. Mis conocidos se enteraron de que lamaletademano.com era mía un año después de su lanzamiento, cuando me hicieron una entrevista en el periódico más importante de mi país.
La duda y el sobre-análisis son los que separan a los ganadores de los perdedores en esta primera fase. Recuerden que su mayor ventaja es ser de los primeros y tal como decía mi abuelo, pocas cosas dan tanta tristeza que luego de que pasas 75 años viviendo una vida que no te llenó, te das cuenta que ya es demasiado tarde para cambiarlo. Al final de todo, el arrepentimiento de los errores que cometiste jamás será tan grande como el de aquellos riesgos que no tomaste.
Dicen que es mejor hecho, que perfecto. Y en este caso no podría estar más de acuerdo pues soy de las que piensa que si no te avergüenzas de la primera versión de tu emprendimiento, lanzaste demasiado tarde. Si vas a fracasar, fracasa rápido… Es la única forma de crear algo que valga la pena.
La razón por la que aliento a todos a iniciar, aún sin que ellos sientan que tienen la idea perfecta, es que para mí todas las ideas son buenas y si a alguien le apasiona un tema, eso es todo lo que importa. TODO es monetizable y con oportunidad de éxito y te lo digo sin la necesidad de los “famosos” estudios de mercado y sin que la competencia importe. Así como no hay mujer fea, sino mal arreglada, no existe una idea mala, sino mal ejecutada.
La falta de pasión (y de desarrollar algo de talento con la práctica y sobre la marcha) es lo que hace que algunos “expertos” no puedan vender un producto excelente y otros, que son grandes apasionados por lo que hacen, logren vender lo invendible.
Ese sentimiento es el que hace que, aunque existan miles de blogs de viajes, sólo aquellos que iniciaron esa ruta por pasión consiguen un éxito en el que nadie creía y otros, que iniciaron un emprendimiento únicamente por moda, jamás logran nada.
La demanda de los 600 millones de hispanohablantes es muchísima comparada con la poca oferta de blogs en español que hay en la web.
No hay mercado para lo que me gusta
Muchos “expertos” en mercadeo me aseguraban que no había mercado para muchas de las webs más rentables que tengo. Insistían en que eran una mala idea y hoy, esas mismas webs, me facturan miles de dólares cada mes.
Siento que es precisamente esa pasión (y la guía que les brindamos en nuestros grupos de apoyo), la razón por la que tenemos cientos de nuevos bloggers recién egresados de este grupo y con menos de un mes de haber iniciado, logrando miles de lectores, canjes y ventas, mientras que otros siguen insistiendo en que es un mercado muy competido y ni siquiera lo intentan.
Al final, no estamos tratando de reinventar la rueda, sino de crearnos el trabajo de nuestros sueños, sea cual sea, siempre que nos guste tanto que diariamente disfrutemos hacerlo. Mi consejo es que si realmente te gusta un tema no te fijes tanto en si hay competencia, sólo debes ser honesto y responder esta pregunta: ¿Verdaderamente te apasiona tanto que estarías dispuesto a sacarlo adelante?